George Walker Bush (n. New Haven, Connecticut, Estados Unidos, 6 de julio de 1946) fue el cuadragésimo tercer presidente de los Estados Unidos de América desde el 20 de enero de 2001 hasta el 20 de enero de 2009. Entre 1995 y 2000 había sido el 46
o gobernador del estado de Texas. Milita en el Partido Republicano.
Antes de alcanzar la presidencia sirvió como piloto en la Guardia Nacional del Estado de Texas y ha sido empresario tanto en la industria petrolífera como en el deporte profesional, como mánager general del equipo de béisbol de los
Texas Rangers.
Bush fue elegido gobernador de Texas en 1994, siendo reelegido para dicho cargo en 1998. Ganó la nominación del Partido Republicano para presentarse como candidato en las elecciones presidenciales de su país en 2000, siendo su rival el entonces vicepresidente Al Gore, del Partido Demócrata. Resultó electo Presidente de los Estados Unidos en unas elecciones generales particularmente batalladas, con controvertidas secuelas que terminaron con la intervención de la Corte Suprema.
Ganó las elecciones de 2004, cuando disputaba la presidencia con su rival John Kerry, del Partido Demócrata, extendiéndose su mandato hasta principios de 2009.
Miembro de una familia política, es hijo del ex presidente George H. W. Bush, hermano del ex gobernador del estado de Florida Jeb Bush y nieto del ex senador Prescott Bush. Bush es el segundo hijo de un presidente estadounidense en acceder a la presidencia de la nación (el primero fue John Quincy Adams).
El 11 de septiembre de 2001, un pequeño grupo de musulmanes radicales, miembros de la organización terrorista Al Qaeda, secuestraron cuatro aviones de pasajeros. Dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York y uno contra el Pentágono en Washington. El cuarto avión se estrelló en Pensilvania. Este terrible y premeditado acto dejó 2.986 muertos y sacudió la confianza de los Estados Unidos. Bush dio un discurso junto a los restos de las Torres Gemelas en el que dio señales de la primera respuesta que iba a dar su administración: "un castigo justo". La CNN relataba que,
"subido en un montón de escombros en Manhattan, algunas personas que trataban de escucharle decían que no podían oírle". En respuesta, Bush dijo que quienes habían derribado esos edificios
"nos oirán muy pronto a todos nosotros".
Estados Unidos recibió muy pronto el apoyo y simpatía internacionales. El 7 de octubre de 2001, con apoyo internacional, Bush lanzó la "guerra contra el terrorismo". Su primera acción fue dirigida hacia el régimen talibán de Afganistán, donde se escondía el cerebro de los terroristas, Osama bin Laden, un yemení nacido en Arabia Saudita. En un momento en el que la unidad nacional estadounidense parecía fundamental, algunos críticos cuestionaron el despliegue de una fuerza militar contra el régimen talibán. A pesar del derrocamiento del régimen y la conclusión de los esfuerzos militares, Bin Laden no fue nunca capturado. Los subsecuentes esfuerzos para la reconstrucción de Afganistán con las Naciones Unidas y el presidente afgano Hamid Karzai han tenido resultados variados. Las elecciones democráticas se celebraron el 9 de octubre de 2004. Los observadores internacionales llamaron a las elecciones "bastante democráticas" en la "amplia mayoría" de los centros de votación a pesar de que 15 de los 18 candidatos presidenciales amenazaron con la retirada con alegaciones de fallos en el sistema de registro y validación.
Después de la caída de los talibán, los suministros de opio, restringidos por el autoritario régimen musulmán, se han incrementado significativamente, aumentando los problemas de drogadicción en el oeste.
Como respuesta a la preocupación por terrorismo, Bush retiró el Tratado sobre misiles anti-balísticos de 1972 para promocionar un nuevo sistema de defensa de misiles, argumentando que los beneficios del tratado en la Guerra fría ya no eran relevantes.
La Sociedad Estadounidense de Física criticó este cambio en la política, citando dudas sobre la efectividad del sistema. Bajo el mandato de Bush, el gasto militar total se ha incrementado hasta un nivel comparable al de la Guerra fría, volviendo a los niveles que alcanzó el presidente Eisenhower en 1961.
Poco después de los ataques del 11 de septiembre, la administración Bush promovió una acción urgente en Irak, señalando que dicho país contaba con armas de destrucción masiva, que Saddam Hussein era una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos, desestabilizaba Oriente próximo, incendiaba el conflicto árabe-israelí y financiaba terroristas. Sus críticos dijeron que los intereses económicos en los recursos petrolíferos iraquíes eran el motivo real.
Asegurando que Hussein podría pretender proveer a los terroristas con armas de destrucción masiva y presentando documentos de una supuestas compras de material nuclear en Níger, basándose en informes que posteriormente se demostrarían falsos, Bush urgió a la ONU a que obligase a Iraq a cumplir los resoluciones sobre desarme, precipitando una crisis diplomática. Hay que señalar que ningún servicio secreto de los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU consideraba que tales informes fueran falsos, ya que coincidían con los que ellos tenían. La diferencia entre estos países era la vía a seguir al respecto.
El 13 de noviembre de 2002 bajo la resolución 1441, Hans Blix y Mohamed El Baradei dirigieron a los inspectores de armamento de la ONU en Iraq quienes no fueron capaces de encontrar armas de destrucción masiva.
La administración Bush trató de desacreditar la eficacia de las inspecciones aduciendo falta de cooperación por parte de las autoridades iraquíes. Los inspectores, por su parte, pedían más tiempo para poder demostrar sin lugar a dudas la ausencia de tales armas. No se tuvieron en cuenta sus demandas y los equipos de inspección de la ONU abandonaron Iraq tras el aviso dado por Estados Unidos dando cuatro días antes de empezar las hostilidades a escala total.
Las hostilidades militares empezaron el 20 de marzo de 2003 sobre el argumento de evitar el despliegue de armas de destrucción masiva iraquíes y derrocar del poder a Saddam Hussein. El Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, y otros líderes mundiales cuestionaron la legalidad de la guerra. Bush declaró la victoria el 1 de mayo de 2003 pero el despliegue estadounidense continuó hasta el presente, siendo sometidos los soldados al constante hostigamiento de la resistencia iraquí. En 2005 fue encontrado Saddam Hussein, cuya captura no hizo disminuir las hostilidades contra la coalición ocupante. En la actualidad, la violencia entre kurdos, chiíes y suníes ha descendido considerablemente, en parte debido al refuerzo de tropas que ordenó en 2007 la Administración Bush, medida respaldada y promovida abiertamente por el senador John McCain.
El 14 de diciembre de 2008 durante una visita sorpresa a Iraq un reportero de televisión, Muntadar al-Zeidi, le lanzó dos zapatos y lo insultó con las siguientes palabras: «¡Toma tu beso de despedida, pedazo de perro!». En la cultura árabe arrojar los zapatos está considerado como una de las mayores ofensas. Bush más tarde bromeó «Era una talla 43»