viernes, 16 de marzo de 2012

Nicolás II de Rusia

(San Petersburgo, Rusia, 18 de mayo de 1868 – Ekaterimburgo, Rusia, 17 de julio de 1918) fue el último zar de Rusia hasta su abdicación en su hermano Miguel, el 15 de marzo de 1917, quien rechazó el ofrecimiento por parte del gobierno, poniendo fin a la dinastía Romanov.
Estableció excelentes relaciones con Francia, su más leal aliado, y con Alemania, gracias a su estrecho parentesco con el emperador Guillermo II; este último fue largamente su consejero de mayor confianza en materia internacional, aunque muy manipulador, resultaba evidente para cualquier operador político más sagaz que el zar, que sus consejos estaban orientados a emplear la influencia rusa para controlar los intereses de otras potencias, muchas veces en beneficio directo de Alemania y socavar la alianza entre Francia y Rusia. A la larga, la influencia nefasta de Guillermo II iba a ser la ruina para Nicolás II. En efecto, los consejos de Guillermo II de ir a la guerra con Japón con nefastos resultados; la oposición durante la Gran Guerra desencadenando graves conflictos internos en el régimen de Nicolás II; el permitir el ingreso de elementos revolucionarios desde sus fronteras al interior de Rusia con propósitos de desestabilización; y cuando la familia Romanov estuvo prisionera, el auspiciar sus intenciones de reinstalar el régimen zarista; más la suma de otros factores internos fueron la ruina y la completa destrucción del zarismo.
En política interior, Nicolás siguió la línea autocrática de sus antecesores, aunque suavizándola un poco, pero más bien al margen de su intervención directa, su país tuvo un proceso de industrialización acelerada que permitió a Rusia entrar en la era moderna, pero que también hizo surgir importantes núcleos obreros en forma de sindicatos. La actividad revolucionaria clandestina, las cuales cobraron ímpetu bajo su abuelo y su padre, seguían acelerándose durante su régimen, culminando con la Revolución de 1905 y posteriormente la Revolución de 1917.
Vladímir Ilich Uliánov, más tarde Lenin, realizó actividades subversivas en San Petersburgo, fue detenido, apresado y exiliado a Siberia. Una vez liberado, se trasladó a Ginebra y Londres para fundar las bases del movimiento comunista.
El alimento para las corrientes revolucionarias como las que encabezarían Lenin, Trotski y otros, eran la carencia de una política social más solidaria de parte de los gobernantes, lo que permitió que se agravaran los grandes problemas históricos del régimen zarista: la pobreza del campesinado, la muy desigual distribución de la tierra y el inexistente acceso a los cargos públicos.Lenin y sus seguidores ingresaron al territorio ruso mediante la ayuda de Alemania quien les dio amplias facilidades para hacerlo, de este modo, Alemania juzgaba con justa razón que Lenin provocaría el derrocamiento del débil gobierno provisional y la rendición de las fuerzas rusas para de este modo enfocar sus fuerzas en occidente, cosa que ocurrió con el Tratado de Brest-Litovsk, y poner en fuga a Kérenski. Al triunfar la Segunda Revolución rusa en octubre de 1917, en la que los bolcheviques —liderados por Lenin— derrocaron al gobierno de Kérenski, el Soviet Central a cargo de Yákov Sverdlov, un personaje perteneciente al círculo íntimo de Lenin, y quien estaba a cargo administrativamente del destino del zar, ordenó primero el traslado a Moscú del emperador depuesto; pero luego se instruyó el traslado de la familia imperial a Ekaterimburgo, que se hallaba bajo control del Soviet de los Urales con apoyo del Ejército Rojo.
El gobierno alemán había propuesto al Soviet que el emperador refrendara el tratado de paz, pero como segunda intención oculta era negociar la libertad de Nicolás II para posteriormente poder reimplantar el régimen monárquico ya que Alemania se había dado cuenta que la revolución socialista mundial proclamada por Lenin pronto llegaría a las masas populares alemanas. Por esa razón se le había intentado enviar a Moscú en un primer momento. El Soviet, al tanto de estas maniobras y temeroso de lo que implicaba la intención, tomó las providencias para que jamás se volviera a instalar el zarismo en Rusia.
El 4 de julio de 1918, ante el avance de la Legión Checoslovaca hacia la ciudad, se temió que estas tropas liberasen a la familia e intentasen restaurar el régimen del zar. Filipp Isaevich Goloshchekin, quien presidía el Soviet de los Urales, se apersonó apresuradamente en Moscú con Sverdlov y planteó el asesinato y encubrimiento ante este último; Sverdlov consultó a la alta cúpula del Soviet Central y la orden fue dada.
Un escuadrón de la policía Cheka al mando de Yákov Yurovski relevó a la guardia de la casa, y el 16 de julio recibió la orden del Soviet de los Urales de fusilar a toda la familia.
La planificación misma del magnicidio in situ fue hecha por Yurovski, quien se reservó el derecho de disparar primero sobre el "verdugo coronado" como se le llamaba a Nicolás II; aparte de Yurovski, la camarilla la componían, Piotr Ermakov y Gregoy Nikulin, todos miembros y asesinos probados de la Cheka.
Un subordinado de Goloshchekin, Piotr Ermakov quien tenía el control del campesinado del Ural, tenía la función de eliminar toda evidencia del asesinato no pudo conseguirse los dos camiones de transporte requeridos hasta el día siguiente. Ermakov además de participar en el pelotón, haría encender los motores de ambos vehículos para ahogar el ruido de los disparos.
El escuadrón estaba compuesto por doce hombres, siete de los cuales eran ex-combatientes húngaros, a cada uno de ellos se les asignó una víctima; dos de ellos se negaron a disparar sobre mujeres y al menos uno de ellos fue deshechado y reemplazado por Ermakov. Los miembros del escuadrón eran Gregori Nikulin, asistente de Yurovsky, Piotr Ermakov asistente de Goloshchekin, Piotr Medveyed, S. Vaganov, Andreas Vergasi, Laszlo Horvath, Víctor Griinfeldt, Imre Nagy, Emile Fekete, Anselm Fischer e Isidor Edelstein.
En la medianoche del 17 de julio el zar junto a los integrantes de la familia fueron llevados al sótano de la Casa Ipátiev donde fueron fusilados, junto a algunos sirvientes cercanos, un médico leal e incluso el perro del niño. El pretexto era que se les iba a tomar una fotografía antes de partir; o se les iba a trasladar. Nicolás II colocó al heredero en sus rodillas mientras tomaba asiento junto a la zarina, las hijas se sentaron atrás y los sirvientes y el médico a los costados, de pie. Pasaron unos instantes y repentinamente entró Yákov Yurovski con revólver en mano y 17 soldados armados con fusiles a la bayoneta.
Cuando Yákov Yurovski levanta el revólver y declara al zar que el pueblo ruso le ha condenado a muerte, el zar alcanza a balbucear: -" que?"- y le dispara casi a quemarropa. El zar cae instantáneamente muerto, la zarina se alcanza a incorporar haciendo la señal de la cruz y gritando, es muerta de un disparo en plena boca por Yurovski y seguidamente los fusileros realizan una descarga cerrada al resto de la familia. Las hijas, que llevaban corsés apretados y además en su interior estaban cargados con joyas, no mueren inmediatamente y son rematadas a la bayoneta. Anastasia, murió rematada a bayonetazos realizados por Ermakov. El zar murió con 50 años recién cumplidos.
El zarevich sobrevivió a la primera descarga y fue muerto por Yurovski en el remate de moribundos disparádole dos veces a la altura del oído. Una de las sirvientas que no recibió la primera descarga es perseguida dentro de la habitación y rematada a bayonetazos, e incluso la mascota es muerta de un disparo.
Posteriormente los cuerpos son llevados en camiones y depositados en una mina abandonada.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Napoleón Bonaparte

(Ajaccio, 15 de agosto de 1769 – Santa Elena, 5 de mayo de 1821) fue un militar y gobernante francés, general republicano durante la Revolución y el Directorio, artífice del golpe de Estado del 18 de Brumario que le convirtió en Primer Cónsul (Premier Consul) de la República el 11 de noviembre de 1799; cónsul vitalicio desde el 2 de agosto de 1802 hasta su proclamación como Emperador de los franceses (Empereur des Français) 18 de mayo de 1804, siendo coronado el 2 de diciembre; proclamado Rey de Italia el 18 de marzo de 1805 y coronado el 26 de mayo, ostentó ambos títulos hasta el 11 de abril de 1814 y, nuevamente, desde el 20 de marzo hasta el 22 de junio de 1815.
Durante un periodo de poco más de una década, adquirió el control de casi toda Europa Occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas, y sólo tras su derrota en la Batalla de las Naciones, cerca de Leipzig, en octubre de 1813, se vio obligado a abdicar unos meses más tarde. Regresó a Francia y al poder durante el breve periodo llamado los Cien Días y fue decisivamente derrotado en la Batalla de Waterloo en Bélgica, el 18 de junio de 1815, siendo desterrado por los ingleses a la isla de Santa Elena, donde falleció.
Napoleón es considerado como uno de los mayores genios militares de la Historia, habiendo comandado campañas bélicas muy exitosas, aunque con ciertas derrotas igualmente estrepitosas. Sus agresivas guerras de conquista se convirtieron en las mayores operaciones militares conocidas hasta ese momento en Europa, involucrando a un número de soldados jamás visto en los ejércitos de la época. Además de estas proezas bélicas, a Napoleón también se le conoce por el establecimiento del Código Napoleónico y es considerado por algunos un «monarca iluminado» debido a su extraordinario talento y capacidad de trabajo. Otros, sin embargo, lo estiman un dictador tiránico cuyas guerras causaron la muerte de millones de personas, así como uno de los personajes más megalómanos y nefastos de todos los tiempos.
Se le juzga como el personaje clave que marcó el inicio del siglo XIX y la posterior evolución de la Europa contemporánea.
Sus soldados lo llamaban el Pequeño Cabo (Le Petit Caporal), en tanto que los ingleses se referían a él con el despectivo Boney y las monarquías europeas como el tirano Bonaparte, el Ogro de Ajaccio o el Usurpador Universal.
Napoleón fue encarcelado y desterrado por los británicos a la isla de Santa Elena en el Atlántico, el 15 de julio de 1815. Allí, con un pequeño grupo de seguidores, dictó sus memorias y criticó a sus aprehensores.
Enfermo del estómago, aquejado de una continua pesadez y un dolor en el costado derecho, los médicos creían que era una afección hepática, pero él sospechó inmediatamente que estaba atacado de la misma dolencia de su padre, un cirro en el píloro o cáncer de estómago, pero no se lo dijo a nadie hasta que estuvo lo suficientemente seguro de que así estaba sucediendo.
Sin embargo, recientes investigaciones realizadas a muestras de cabello del general (cortado poco tiempo después de morir) que habían estado guardadas en un sobre vacío, revelan que estaban impregnadas con arsénico hasta tal punto, que se necesitaban dosis altamente peligrosas para lograr aquella concentración. Esto último sugiere que es altamente probable que pudo morir a causa del veneno (lo que también concordaría con sus síntomas), ya sea de forma intencionada o no Napoleón Bonaparte murió el 5 de mayo de 1821. Sus últimas palabras fueron: «France, l'armée, Joséphine» («Francia, el ejército, Josefina») o, según la versión de las memorias de Santa Elena «...tête...armée...Mon Dieu !». Tenía entonces cincuenta y un años.
Napoleón había dispuesto en su testamento el deseo de ser enterrado a las orillas del Sena, pero se le dio sepultura en Santa Elena. En 1840, a instancias del gobierno de Luis Felipe I, sus restos fueron repatriados. Trasladados en la fragata Belle-Poule, se depositaron en Les Invalides (París). La llegada de los restos de Napoleón fue muy esperada en Francia. Durante su funeral sonó el Réquiem de Mozart.
Cientos de millones de personas han visitado su tumba desde esa fecha.

lunes, 5 de marzo de 2012

Mao Zedong

(Shaoshan, Hunan, 26 de diciembre de 1893 – Pekín, 9 de septiembre de 1976) fue el máximo dirigente del Partido Comunista de China (PCCh) y de la República Popular China. Bajo su liderazgo, el Partido Comunista se hizo con el poder en la China continental en 1949, cuando se proclamó la nueva República Popular, tras la victoria en la Guerra Civil contra las fuerzas de la República de China. La victoria comunista provocó la huida de Chiang Kai-shek y sus seguidores del Kuomintang a Taiwán y convirtió a Mao en el líder máximo de China hasta su muerte en 1976.
En el plano ideológico, Mao asumió los planteamientos del marxismo-leninismo pero con matices propios basados en las características de la sociedad china, muy diferente de la europea. En particular, el comunismo de Mao otorga un papel central a la clase campesina como motor de la revolución, planteamiento que difiere de la visión tradicional marxista-leninista de la Unión Soviética, que veía a los campesinos como una clase con escasa capacidad de movilización y adjudicaba a los trabajadores urbanos el papel central en la lucha de clases.
La etapa de gobierno de Mao estuvo caracterizada por intensas campañas de reafirmación ideológica, que provocarían grandes conmociones sociales y políticas en China, como el Gran Salto Adelante y especialmente la Revolución Cultural, momento en el que su poder alcanzó las cotas máximas al desarrollarse un intenso culto a la personalidad en torno a su figura. Aún hoy en día, el papel histórico de Mao está rodeado de una gran controversia. Años después de su muerte, en 1981, el Partido Comunista de China publicó un análisis oficial sobre la responsabilidad de Mao en los problemas sociales y económicos derivados de sus políticas, en el que se le achacaban errores graves, aún cuando se reconocía su papel como gran líder revolucionario y artífice de la subida al poder del Partido Comunista. Desde entonces, el Partido Comunista de China ha mantenido esta valoración histórica de Mao como un gran líder, fuente de legitimidad del propio partido, que sin embargo habría cometido algunos errores graves. Fuera de la República Popular, las valoraciones de Mao han variado desde la visión amable que lo mostraba como un líder popular hasta la percepción de su etapa en el poder como un ejemplo de autoritarismo tiránico y brutal. La mayor discrepancia entre estas visiones contrapuestas de la figura de Mao se refiere a cuál habría sido su nivel de responsabilidad en el fracaso de muchas de las políticas radicales que se adoptaron durante su liderazgo, así como a las cifras de muertos como consecuencia, directa o indirecta, de esas campañas políticas (los más alcistas hablan de 70 millones, los más bajistas dan 10 millones). Por otro lado entre 1949 y 1975 la esperanza de vida se duplicó: de 32 a 65 años. A comienzos de los años 1970, Shanghái tenía una tasa de mortalidad infantil menor que Nueva York. En una generación, la tasa de alfabetización subió de 15% en 1949 a 80-90% a mediados de los años 70. Entre 1949 y 1976 China, el "enfermo de Asia", se transformó en una potencia industrial importante, con una tasa de desarrollo igualada solamente por los grandes auges de crecimiento de la historia.
Una de sus principales ideas era la visión de los campesinos como el motor de la revolución. Tradicionalmente, las ideas marxistas-leninistas habían visto a los obreros industriales como la fuerza que conduciría a la revolución. Mao se dio cuenta de que éste no era el caso de China, y que la revolución se debía desarrollar desde el campesinado. En aquel entonces, China no tenía una población significativa de obreros, pero sí tenía una gran masa de campesinos descontentos, lo cual acabaría respaldando las ideas de Mao.
Según su teoría, el marxismo-leninismo debía aplicarse a los casos concretos y situaciones específicas. Mao partía de la idea de que los campesinos debían formar la base de la revolución comunista, lo que sólo era posible si los dirigentes políticos absorbían el mensaje de la revolución y lo hacían comprensible a la población campesina. Esto significaba que los dirigentes políticos debían ser conscientes de las realidades locales y tratar de integrar las aspiraciones de los campesinos con la política del partido. Mao también se basó en las teorías de Hegel y Marx para desarrollar el materialismo dialéctico, aplicando la teoría de la dialéctica a los conflictos reales del mundo, afirmando que sólo la realidad del conflicto era lo que tenía importancia. Mao desarrolló una teoría de la dialéctica que fue analizada por décadas. Es difícil, sin embargo, establecer la validez de su teoría, por cuanto los análisis realizados siempre estaban influidos por prejuicios políticos, como todo análisis realizado.
Mao también desarrolló teorías como la estrategia de tres fases en la guerra de guerrillas y el concepto de la dictadura democrática del pueblo. Asimismo, defendió la Revolución Cultural como mecanismo para evitar la restauración del capitalismo.